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La haptosynesia aspira a acompañar a las personas físicamente limitadas o enfermas. Tiende a optimizar y humanizar la relación
entre el sanitario y el paciente de forma que la persona ayudada
pueda poner en marcha de la mejor forma posible sus propios
recursos. Pero es preciso comprender bien que no tiene por objeto "curar" en el sentido clásico del término. Es un acompañamiento que ayuda a vivir la minusvalía o la enfermedad independientemente del pronóstico y de la evolución. Ella contribuye a sobrepasar los temores y las aprehensiones inherentes a los limites y limitaciones
instaladas por la minusvalía o la enfermedad.

La haptosynesia es una aplicación de la fenomenología haptonómica.
Se preocupa del confort de la corporalidad animada en un respeto de la dignidad del ser. Tiende a que, a pesar de la minusvalía o la enfermedad, la persona no sea desprovista de su presencia, de su personalidad, de su compromiso en el seno de sus semejantes.

La haptosynesia

La haptosynesia es una aplicación específica de la haptonomía a la práctica de los cuidados sanitarios.

Synesis quiere decir: encontrarse, estar con, aportar ayuda,
socorrer, asistir. Este término es también utilizado en el sentido
de dar comprensión, apelar a la facultad de comprender y de tomar consciencia (de sí, de sus aptitudes).
La haptosynesia recurre, en el profesional de la salud, a sus
cualidades de presencia, de transparencia, de prudencia que
fundamentan la relación afectiva. Utiliza un contacto thymotáctil.
Es preciso comprender que no es " el cuerpo el que es tocado " sino que es la persona la que es encontrada. La calidad específica de este encuentro instaura confianza y seguridad interna afectiva. El cuidado es así proporcionado como respuesta a una petición, a una demanda de cuidados. El profesional responde respetando la singularidad de la persona ayudada.

La apertura a la autonomía que instaura la relación haptonómica hace que la persona ayudada no esté ni en una relación de dependencia, ni en una relación de subordinación.
La haptosynesia, recurriendo a la intencionalidad vital de la
persona ayudada, no se ocupa solamente de la enfermedad o
minusvalía; va mucho más lejos, tiene en cuenta a la persona, a su capacidad para recobrar el sentido de su vida, en la utilización
óptima de sus facultades disponibles. De esta forma esencial, es la persona ella-misma quien moviliza sus aptitudes y recursos. Ella descubre que, a pesar de su minusvalía, puede permanecer presente en la vida, siempre ella-misma, con la cualidad propia de sus sentimientos y emociones, en una relación con los otros seres humanos.

Uno de los efectos de la relación haptonómica debe ser subrayado por su interés particular en haptosynesia. Se trata de la modificación de lo que nosotros llamamos tonus de representación.
Este tono (específico de esta relación), caracterizado por la
flexibilidad y la elasticidad, facilita en sí mismo la movilización.
Sin embargo, hay que comprender que más allá de la facilitación (en el acto técnico), este tono específico es la manifestación, la expresión de una vivencia de corporalidad animada que conlleva
también una vivencia diferente del dolor, en el sentido de su atenuación.
El interés es, pues, inmenso en todas las situaciones de movilización dolorosa durante los cuidados, o en las de restauración de una autonomía del movimiento, así como en el contexto de los "cuidados paliativos" (ver acompañamiento de los moribundos).